Testimonio de Mariana Muñiz Nieto
Me encontraba de compañía de mi novio. No contaba con otros
objetos más que mi chamarra verde, mi celular, las llaves de mi casa, mi cartera,
y el envase de un helado que acababa de consumir.
Los granaderos nos encapsularon a mí y a veinticinco
personas aproximadamente. A todos ellos no los llegue a conocer hasta aquel
momento. Mi novio pudo correr a través de otro cerco de granaderos. Fui atrapada
sin ninguna explicación. Puedo aclarar que ningún momento durante mi trayecto
no hubo ningún tipo de agresión de mi parte hacia nadie, como tampoco hubo
ataque alguno a la vía pública a mí y a las veinticinco personas nos mantuvieron
encapsulados durante una hora aproximadamente. Anqué insistimos que se nos
diera una explicación, los policías nos respondían con silencio o nos respondían
que se trataba de una orden.
Tiempo después llego un camión de la policía del distrito
federal. En ese momento, los policías abren un pasillo y nos dicen que tenemos
que subir, de nuevo no hay explicación alguna respecto a nuestra detención.
El camión de la policía del distrito federal nos llevó hacia
la fiscalía especial de investigación # 50. Este se detuvo frente a la fiscalía
y nos mantuvo ahí durante una hora aproximadamente. Sobre la razón de nuestra detención
no fuimos informados hasta el momento de nuestra declaración. Durante nuestra
estancia en la fiscalía #50, se nos pidieron datos personales, nos tomaron y
nos tomaron nuestras huellas digitales no siempre explicando el objeto de esto.
Dormimos la noche transcurrida desde el sábado y el domingo en las galeras de
la fiscalía #50. En un principio recibimos atención a nuestras preguntas por
parte de derechos humanos, pero después fue difícil, a pesar de que habíamos entendido
que estarían cerca de nosotros.
Sabíamos acerca de nuestro derecho a declarar lo sucedido y
contar con un abogado, pero el tiempo de espera fue largo y durante este no se
nos proporcionó información alguna respecto al orden de las declaraciones. Sabíamos
que el ministerio público contaba con 48 horas para determinar nuestra situación.
Declare frente a mi abogado aproximadamente a la 1 de la madrugada del lunes 3
de diciembre. Me pude percatar que al final de mi declaración había una prisa
para que yo regresara al lugar donde se encontraban mis compañeros, la despedía
con mi abogado fue abrupta. A partir de ese momento, el proceso se tornó aún más
confuso hacia mí , pues después de realizarse un segundo examen médico, se me pido
bajar las escaleras y formarme frente a una puerta trasera. Todas mis
compañeras estaban formadas, la puerta fue abierta y nos percatamos que daba
hacia el estacionamiento. Nos pidieron entrar en él. Dijimos que no lo permitiríamos
si no estaban ahí nuestros abogados, la respuesta de quien nos daba la orden
fue que si no lo hacíamos nos llevarían por la fuerza. Era claro que no estábamos
recibiendo una explicación de nuevo y que todas teníamos miedo de que nos
ocurriese algo. Nos sentimos amenazadas y por eso caminamos dentro sin
resistencia. La orden fue subir al camión de la policía y lo hicimos. Después dijimos
dentro de este ya cerrado por todas sus puertas se presumía que nuestro destino
seria el reclusorio de Santa Martha
Acatitla. Quiero expresar que la manera en la que fuimos trasladadas al reclusorio
por la puerta trasera y entendiendo que el plazo se cumplía en 48 horas,
implico para nosotras una acción violenta. En general ha sido difícil tener
claridad con respecto al proceso llevado a cabo, vemos también que hay una
serie de incongruencias con respecto a nuestras acusaciones que se nos hacen y
todos aquí somos inocentes.
Agradezco el gran
apoyo que estamos recibiendo y pedimos que nuestro proceso se realice con
trasparencia y justicia.
Se
encuentra en el reclusorio femenil de Santa Martha Acatitla
(Solo se
omitió el lugar de detención, para no interferir en el proceso penal que se
lleva en su contra)
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